Te ha traído un mensajero envuelto en un sobre de plástico azul. Me ha hecho firmar en un papel. Le he pagado y he cerrado la puerta muy despacio.
¿De verdad estás ahí dentro?...
Hoy ha hecho un día soleado. Un sol descontextualizado y extraño. Hubiera deseado que lloviera, no sé porqué...
No me hagas ni caso, "no sos vos soy yo"...aunque eso último sea una película que me gustó mucho por cierto, también es la verdad.
He abierto el sobre liberando el libro, me he enroscado en el sofá y he comenzado a leer...
Capítulo I
La Capital del Viento
Caía la tarde en aquella desértica y solitaria playa, el sol casi se posaba sobre el mar. Parecía que sólo centímetros los separaban. No era verano, y una recia brisa arrastraba el frío consigo.
Un hombre - del que sólo veo su espalda -, sentado sobre la fina arena, sujetando las rodillas con sus brazos, presencia en solitario la llegada de la noche. Su largo cabello se mueve marcando la dirección del viento mientras el sol traza sobre las nubes caprichosas formas de colores amarillentos y la brisa silba una suave melodía cuando intenta abrirse paso a través de su cuerpo.
Delante suyo, justo entre el mar y él, hay una mujer de espaldas. Debajo de un pañuelo azul claro, que también intenta desprenderse de su cabeza hacia la dirección que le dicta el viento, se adivina su cabello recogido en una coleta. Está sentada, ligeramente inclinada sobre su costado derecho, apoyando su manos sobre la arena y con el resto del cuerpo ladeado, mirando al suelo.
Ellos no hablan, no se escuchan palabras sobre la brisa que azota sus oídos pese a estar cerca. Sólo puede escucharse el sonido del mar acercándose a la orilla. Son como el sol y el mar en ese instante; parece a simple vista, que pudieran acercarse en cuestión de segundos.
Pero están tan lejos...
Fragmento de "Mi propia naturaleza" M. Blázquez
6 comentarios:
Me gusta sentir las tardes con la lluvia mojando el alma..
Un gusto sentir tu escrito, como dibujas la tarde de sol..
Excelente.. capitulo..
Un abrazo
Saludos fraternos
Que hermoso fragmento compartes con nosotros.
La playa
caminar por el costado del mar.
con los pies en el agua.
la brisa del viento.
que mece nuestro cabello
caminamos de la mano
ella y yo
nos tiramos en la arena
para abrazarnos y ver la caida del sol
Desde una habitacion en la joven Buenos Aires te dejo un calido beso
Parece una historia diseñada para extender los sueños, tú me has dicho en ciertos comentarios, que a veces percibes la similitud de los sentires.
El mío lucha sus guerras, como si fuese a quedarse eternamente en esas contiendas de destino indefinido.
A mi me ha pasado lo mismo con este texto tuyo.
Esa pareja que tiene todo un elenco de posibilidades ante ellos, pero que no ocurre nada más que sus espaldas y el viento.
Me subyugan esos abanicos de posibilidades, y el hecho de esa quietud extendida ante ellos es de lo más inquietante.
Y el libro, que tiene las descripciones prestadas desde una belleza increíble. Precioso envío pues... el que has recibido.
Excúsame si me he extendido un poco, pero es que me he sentido cómodo paseándome por este post tuyo, y además deseaba corresponder, al menos dentro de una medida tímida, a tus siempre frescos comentarios, en los que me haces sentir una empatía absoluta y encantadora.
Un beso especial para ti.
Ah... y preciosa la música del piano.
Es muy bonito y acogedor sentarse en un sillon...leer y ver como cae la lluvia por los cristales....el silencio y la lectura te hacen sentir paz,se pasan las horas volando...todo un placer.
besos
Gracias a vosotros. Os recomiendo ampliamente la lectura de este libro.
Jo Brian dan ganas de hacerte una reverencia que manera de hablar jeje Me encanta lo educado que eres. Gracias a ti ;)
Si, Cisne pero no llovió,... a ver si la semana que viene hay más suerte. Un beso para ti
Hola Gata...me encanto Atlantique Nord..me dejo relajadisima..
un besos Bueno con eso de la gripe A mejor saluditos...já
nos leemos!;-)
Publicar un comentario