Tengo dos hermanos. Una hermana de casi 50 años y un hermano de 46. Mi hermana fue mi segunda madre, ¿qué voy a decir de ella? cada vez que evoco recuerdos de mi infancia a cualquier edad la veo a ella jugando conmigo, despertándome, dándome de comer, sonriéndome, hablándome de respeto, dándome cariño...
Mi hermano tuvo menos suerte. Fue el denominado niño sandwich. Celos y soledades aderezaron su infancia o al menos eso cree él en su interior. Los sistemas educativos heredados de "paquito" no eran desde luego los más acertados, pero al menos las familias se esforzaban y hacían lo que podían por educar a su prole. Si un maestro llamaba a tu casa y contaba que te habías portado como un asno, las orejas se te ponían rojas mucho antes de sentir los sopapos que sin ninguna duda ibas a recibir de la mano de tus padres. Ahora los padres cuelgan el traje y ellas colocan los manolos en el zapatero y se van juntos con la 45 cargada a ver al maestro que ha osado llamar la atención al mierda de su hijo.
Mi hermano se llevó más sopapos que ninguno por desgracia, algunos merecidos y la mayoría la verdad es que no... Como mi hermana y yo que tampoco nos escapamos de ellos facilmente, a parte de tener que enfrentarnos a una educación machista en mi casa. Mi hermano pensaba que "fregar el suelo, quitar el mantel, barrer o limpiar las ventanas" formaban parte de un juego de mesa de Mattel para niñas. Y yo cuando leí "La casa de Bernarda Alba" en el colegio , una biografía de puertas para dentro de mi casa con vestido verde incluido, porque vivir eso jamás logró arrebatarme la alegría. Aún así mis padres hicieron lo que pudieron, lo mejor que supieron, modernizando incluso lo que les enseñaron a ellos y yo no les culpo ¿de qué sirve guardar esos recuerdos?.
Mi padre era y es un buen hombre. Tranquilo, amigo de los libros y con una superación personal impresionante que le lleva incluso a ningunear la ceguera completa de uno de sus ojos desde los trece años y que avanza inexorable en el ojo que le quedaba bueno, pero él agarra su lupa por el pescuezo todos los días y pasea por los caminos de los que habla Machado o Valle-Inclán o a veces por autopistas con peaje de Dan Brown. Mi amor por la lectura y el arte me lo inculcó él en esas largas tardes en las que me dejaba sentar a horcajadas cerca de la gran montaña de su barriga y me contaba cosas de su Melilla y de su Marruecos, de su caballo, de que los reyes magos eran los padres y que su niña tenía que saberlo "porque no debía vivir nunca más en la mentira". Mientras, yo le arrancaba las canas del pecho y le escuchaba y él reía a carcajadas. Tengo sus palabras en mis oídos vivas de tantas veces que se las escuché decir: "Estudia,... estudia mucho hija, sino no serás nadie nunca. ¿No querrás ser una analfabeta?". Y yo sonreía, y decidí huir como de la peste de esa palabra tan fea, porque si él me lo decía tanto debía ser peor a que te raptara el coco. Esas frases las seguí oyendo muchos años más tarde, a pesar de que aprobara siempre todo en el colegio. Hasta me las repitió cuando en el último año de carrera me quedaron por primera vez en mi vida tres asignaturas que un traspiés de amor hizo que se me antojaran dos Everest y medio juntos. Y me escuché decir: "¡Papa, por Dios, que aunque no las saque, ya sería imposible ser analfabeta!" y él me contestó levantando la vista de su libro dos instantes: "No acabar las cosas, es como no haber empezado". Nunca lo olvidaré.
Hoy he llamado a mi hermano por teléfono, quería regalarle unos árboles y rosales de mi jardín que voy a quitar la semana que viene. Ha cogido el teléfono su hija que la semana pasada cumplió 18 años:
- Hola Nerea cariño ¿qué haces?
- Aquí. Me voy a andar...
- Amm ¿está papa?
- Si, espera que te lo paso...
La niña tiende el teléfono a su padre
- ¡Joder tía!. Dile a tu tía que ahora le hablo que no puedo coger el teléfono... Me estoy lavando las manos ¡coño!. ¿No lo ves?
La niña tira el teléfono en la mesa:
- ¡¡¡Eres un gilipollas!!!
Mi hermano coge el teléfono:
- Dime...
-Hola que te llamo para decirte que el sábado voy a quitar esto y lo otro del jardín ¿los vas a querer?
- Sí, ponlos en una maceta y ya iré a por ellos. Te dejo que me voy a trabajar.
- Vale. Dile a la niña que se ponga que quiero decirle una cosa...
- Ponte que tu tía quiere decirte algo.
- ¿Nerea?
- ¿Sí?
- Tu padre es mi hermano. Que sea la última vez que llamas gilipollas a tu padre en mi oreja ¿Vale?. Eso no se hace, nunca, jamás. Porque has cumplido 18 años y ya no tienes edad para que tu padre te dé una torta, pero te juro que te tengo delante y hoy te la doy yo... (aquí me he pasado tres pueblos, lo reconozco y lo lamento)
- Si, venga ya tu me vas a dar a mí una torta...
La niña me cuelga el teléfono.
Silencio.
Bueno yo alucinando, pero en silencio...
En un silencio que se me antoja un agujero negro dentro de otro y dentro de otro y así hasta mil ciento veintidos agujeros negros...
Voy a volver a llamar no puede ser. Se le habrá quedado el teléfono sin batería...
- ¿Nerea?
- ¿Sí? ¡Ah! eres tu. Te voy a decir una cosita. Aquí la única gilipollas eres tú. No eres quien para decirle nada a mi hija. No se te vuelva a ocurrir decirle nunca nada más y mucho menos que le vas a dar una torta...
- No ha sido así. Le he llamado la atención, porque te ha insultado. Eres mi hermano...y ella mi sobrina...
- Y yo su padre. Así que ya lo sabes. Lo que me diga ella a mi no es de tu incumbencia. Porque además tu a papa y a mama les has dicho y hecho cosas peores...
Mi hermano se estaba refiriendo supongo a cuando a los veintidos años cumplidos y por leer a escondidas mi diario, mi madre se enteró de que yo me había acostado en casa con un tío o sea cuando mi madre se quiso dar cuenta de que había parido una tía normal que no iba para monja o algo parecido... Hubo consejo de guerra y todo donde a mi hermano se le reservó una plaza de honor justo en el centro del tribunal. Por lo demás si yo me hubiera atrevido a llamar "gilipollas" a mi madre en algún momento, os aseguro que no tendría cara que maquillar frente al espejo.
- ¿Te ha quedado claro todo lo que te he dicho?
- Si Paco, clarísimo. Supongo que Nerea estará escuchando. Que buena lección de vida le estás dando ahora mismo. Insultándome e increpándome delante de ella...
- Vete a la mierda - Mi hermano me cuelga el teléfono.
Silencio.
Bueno yo alucinando, pero en silencio...
En un silencio que se me antoja un agujero negro dentro de otro y dentro de otro y así hasta mil ciento veintidos agujeros negros...
Hace ya unas cinco horas que ha pasado esto y aún no consigo escuchar nada.
2004
-
*Yo fallecí en 2004.*
*Tiempo después*
*alguien resucitó*
*dentro de mi cuerpo.*
*Dicen que escribe poemas.*
*Que es novio de la tristeza.*
*Y amigo eterno d...
Hace 9 horas
10 comentarios:
Qué difíciles son a veces las cosas. Lo siento. Y además de verdad de la buena. No sé por qué pero esta entrada me ha tocado dentro.
Besos.
Joder. A veces las decepciones llegan en forma de agujeros negros.
Anda, que me han dado unas ganas de regalarle rosales a tu hermano....
Hola niña,imagino que no es nada agradable, hoy no se les puede toser..
un beso
Lo siento, la verdad...por la impotencia que surge cuando quieres y no puedes, cuando te dicen que no es de tu incumbencia.
Me ha pasado muchas veces con mi hermana también...que no debo meterme en nada. Siempre quiero entender su parte, comprender que quizá tu actitud pone de manifiesto su poca credibilidad como padres. Si mi hermana por ejemplo se sintiese bien con lo que realiza como madre no se sentiría 'amenazada' cuando le insinuo una u otra cosa acerca de la educación. Casi siempre reacciona con ira, con garras y otras intenta menospreciarme diciendo que al no tener hijos no sé nada de nada...en tono despectivo.
Entiendo el silencio que te rodea, pero sigue dando pasos, aunque pequeños y que nada frene tu iniciativa cuando crees que es la adecuada. Alguna semilla quedará...eso hago yo. Un beso enorme
Queda tranquila niña.
Has hecho lo que tu conciencia te ha dicho y ha salido mal.
No siempre ven los demás las cosas como nosotros quisiéramos
Quédate tan solo con la alegría del deber cumplido, del amor que les profesas y..de que al final
la bofetada (sinónimo de nada) te ha recaido encima.
Por si te sirve..
vienes a escuchar música conmigo?
Un beso de princesa_
Ufffff ....
Hiciste lo correcto, Gata. Los valores nunca se deben de perder tengas la edad que tengas, el respeto es fundamental, y mira(lo) desde este punto de vista, si tu hermano no se hace respetar es porque él tampoco se respeta mucho. ( Mi punto vista y sin ningún animo)
Te hierve la sangre y te entiendo. Por cierto, tu padre es un sabio. La ultima frase para enmarcar, amiga.
Mis besos grandes para ti.
Estoy con tu hermano en un 50% es verdad el es el padre... esta claro que delante de la hija no debe decirte nada... pero al final ellos sabran que tipo de relacion tienen... no por insultarse se llevan mal o se quieren menos o va a salir mal educada.... tu perdiste antes las formas que ella ya que le ofreciste dos bofetadas... que esperas la violencia solo engendra violencia...
y tu empezaste y te metiste en donde no te llaman.... besitos
Hola Gata, la vida es bella, descúbrela en tu corazón..te invito a mi blog a que des un paseíto por ahí.
Cariños
No es q quiera llevar la razón Juan q no la tengo en un 100% para nada, sobre todo por lo de la torta q la verdad si pretendía dar ejemplo ahí la cagué bien, pero te diré algo insultar a alguien y colgar un teléfono a quien sea SIEMPRE es de mala educación.
Así es como lo creo yo, como me educaron y como son las mayoría de las personas que me rodean.
En fin que a olvidarlo yo no soy su madre ni sufriré las consecuencias nunca. El día que tenga hijos, creo que sabré como hacer.
Besitos y gracias a tos y toas ;)
Tengo dos hermanos. Una hermana casi 5 años mayor y un hermano casi 5 años menor. Ella vive en Barcelona y él en Valencia. Nos criaron unos padres made in paquito, aunque con ciertos toques de modernidad. Afortunadamente, mi padre no pensaba que hacer las tareas de la casa nos volviera maricones a mi hermano o a mi.
Ahora tengo tres sobrinos, dos chicos en Bcn y una bebé en Valencia. En verano, como mi hermana y mi cuñado trabajan, los niños (11 y 9 años) se vienen de vacaciones a la casa de los abuelos. Afortunadamente, son buenos. Afortunadamente, mi hermana y mi cuñado no nos ningunean delante de ellos. Pero de todas maneras, la última vez que me cabreé con ellos nos tiramos los trastos a la cabeza. Todo en casa. El problema es que ahora, aunque me quiera cabrear con ellos, no puedo. Para 15 días que pasamos juntos en el año, no me presta.
Cuando la familia te toca los huevos, jode mucho. Y perdona por el vocabulario, pero no sé decirlo de otra manera.
Un beso fuerte. Sigo pendiente de llevarte un par de Lúas... jajaja
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