- Tienes la zona del trapecio y la lumbar totalmente contracturadas. Justo aquí detrás de tu Om - dice como me dice siempre mientras acaricia el tatuaje del final de mi espalda con esa voz en la que a mi, las palabras "escafoides y cóndilo interno del húmero" me parecen trocitos de huesos de los versos de Neruda...

- Si, ya...es que ¿sabes? está semana hubiera deseado convertirme en una pelotita de esas de papel albal que uno moldea durante tres horas o siete a la vez que cuenta algo a alguien, para lanzarla luego a alguna parte por hacerse el gracioso y va y se pierde, y un día después de cuatro mil quinientos años aparece llena de pelusas quietita en un rincón, calentita y fosilizada...

- Pues no sé yo si eso va mucho contigo...- dice como me dice siempre con esa voz que huele a limpio y a escaparate con dulces y marcas en el cristal de vahos esperando pintadas de corazones- ¿En serio? ¿Por qué? ¿Por eso que me has contado? ¡buah...!

- Pues no, no va conmigo. Por eso tengo así la espalda. Pero alguien tenía que intentar en este mundo al menos una vez el covertirse en pelotita de papel albal ¿no?

- Tu no.

- Jo...

- ¿Qué?

- Gracias...

- Es un placer siempre hablar contigo, pelotita...

Pues claro al final salí de allí y me fuí derecha a comprarme el disco.
Porque tras días y días así como que tenían que pasar y raros muy muy raros...
Nada, o sea sólo raros muy muy raros...
Pues era lo mejor...
Quería encontrar una canción que voy a dedicarme ahora mismito