21 de noviembre de 2009

Aviones de papel

El Jueves fuí a ver a mi sobrino Pablo. Es el hijo de Belén, mi amiga del alma desde que llevabamos babi en el colegio y pintabamos con los dedos en largas carreteras de papel que creíamos, nos llevarían a cualquier destino en la vida incluso...a estudiar juntas Selectividad en el mismo colegio siempre, en el mismo pupitre siempre, codo con codo tantos años ya, hasta que ella eligió ser Trabajadora Social y yo pues otra cosa muy distinta que tenía que ver con las letras hasta hace más bien poco.

Pablo tiene los ojos azules, la sonrisa siempre prendida de la boca y dos añitos. La verdad es que es la alegría de mi vida, para que os voy a mentir. Llegué muy pronto a Madrid, tanto que aún andaban poniendo las calles de esta siempre inmisericorde ciudad grande y gris. Cogí un taxi desde el tren y le dije que volara para poder sacarle de la cuna y abrazarle. Voló tanto y tan rápido que aún dormía cuando abrí la puerta de su cuarto.

Su madre se estaba duchando y por ello fue a mi a quien dedicó su primera sonrisa del jueves y yo pensé que esa curva de sus labios era en realidad un regalo de esos que sirven para comenzar bien cualquier día. Después le dí el biberón a oscuras en la mecedora de la esquina de su habitación llena de azules y blancos, "sus dos colores preferidos" me confesó un día, porque le recordaban a los ojos de Cecilia, una niña francesa que era nueva en la guardería.

A la una le fuí a buscar. Él siempre lleva un cuarderno para la profesora dentro de una pequeña bolsa de papel justo al lado de su merienda donde ella apunta lo que ha hecho en el día y como se ha portado. Rita, que así se llama la maestra había escrito:

" Se lo ha pasado muy bien dando volteretas e imitando a los animales de la selva y ha hecho caca en el orinal"

Pensaréis que estoy tonta o algo, pero cuando vi esto en el cuarderno, pensé que hacía tiempo que no leía algo que hubiera hecho alguien tan bonito, tan limpio, tan diáfano....


Que pena que cambiemos tanto, que pena que para ser felices una sóla mañana entera no nos baste dar volteretas rugiendo o bramando muy alto. Que pena que perdamos con los años la capacidad de ser felices con nada o con todo...

Me dedicó otra sonrisa y yo de vuelta a su casa le conté que estaba muy contenta esta semana, él me preguntó: "¿Por qué estás feliz tia Gema?" y yo le contesté: "pues porque creo que el tio va a ir por fin al médico este jueves que viene y si todo va bien, quizás sólo quizás...pero más quizás que nunca antes en todos estos años, a lo mejor, el año que viene podrás tener un primito postizo. Quien sabe Pablo..."
" Dile al tio que yo quiero tener un primo postizo con el que jugar y ya verás como te hace caso" me contestó sonriendo, porque Pablo responde unas cosas que te dejan pensando todo el día y te hacen quererle más si cabe, porque ya se sabe todas las letras y los números y luego se ríe como si nada y tu le abrazas y te sientes por dentro con ganas, con ilusiones, con aviones de papel en el estómago que no caen, sino que giran y giran y suben cada vez más y más alto...

Existen momentos avión de papel, el preludio de un beso lento y suave, el aire que inhalamos antes de decir "te quiero" a alguien, la piel erizada esperando la caricia, cuando miramos a los ojos de otro y construimos puentes...

Siempre me gustaron los aviones de papel, creo guardan en su adentro ansias de volar durante más tiempo que los de hierro...

Creo que para que lo consigan, tan sólo necesita que alguien...
crea en ellos.


8 comentarios:

hécuba dijo...

Me has dejado sin palabras.
Unbesogrande.

Espera a la primavera, B... dijo...

"aviones de papel en el estómago"... se han quedado planeando por mi habitación con la calma de tus palabras.
Me han transportado a un tiempo aletargado, los recuerdos hibernando en mi memoria, la luz tenue, las manitas de alguien que vive más allá del mar, las nubes y el viento.

Toda la suerte para ti.

Un beso

Nebroa dijo...

Gata...
Y me quedo así, con tus mismos aviones ondeando mis vientos... Sin palabras, como bien dice Hécuba.
Mua

Anónimo dijo...

Gracias por visitar mi desván. Espero que te gustara y por supuesto, vuelve cuando quieras. Tu comentario me ha permitido venir a conocerte y me ha encantado tu blog. Transmites mucho cuando escribes. Espero que nunca te falten esas sonrisas puras e inocentes de los niños. El sueño de mi vida es ser padre, así que me sentí identificado con lo que cuentas. Un beso y a ver si podemos ser amigos. Cuídate.

Petri dijo...

Espero que se cumpla tu deseo y si así es, daré vueltas por el salón hasta marearme.
un beso

Gabiprog dijo...

No hay mejor significado para la felicidad que ver esas sonrisas en esas edades.

Zentolo dijo...

La inocencia de los niños, esa bendita inocencia que perdemos o nos hacen perder con el paso de los años, nos la cambian por la respetable "madurez"...
Ojalá tus aviones de papel vuelen, como en el vídeo, libres por los cielos... Estaré atento por si los veo pasar.

juan dijo...

Hacia tiempo que no te leia... me encanto este post lelno de ilusion... ojala tu avion de papel vuele y se llene de colores...
Un besito manten la esperanza