1 de mayo de 2010

Por el placer de volver a verla...

Me gusta poner el tapón. Escuchar caer el agua como si fuera lluvia. Eran las seis, faltaba poco. Me gusta meterme en el agua entera y cerrar los ojos en una apnea donde todo aún es posible, hasta si lo deseara: dejar de respirar. Hoy, todavía, no.

Me enfrenté al espejo. No me gustan los lugares donde hay mucha gente. Un año que no salgo de mi fisicamente. No lo necesito, pero una de las cosas que más amo está irreversiblemente allá afuera. No me gusta esta época para algo así, esta estación llena de demasiada claridad a horas en que la ciudad tendría ya que hablar con un murmullo. El escenario necesariamente tiene que recibir a un espectador proveniente de la oscuridad de la noche. Las ocho de cualquier primavera es siempre demasiado pronto.

Cogí los pinceles esperando recordar como se pone una ojos de teatro. Detesto que la raya negra encima de las pestañas sea gruesa, me gusta que se esconda entre ellas como si no estuviera, estando. Así que me la pinto a lo Penélope, y mientras me entretengo en otras cosas que no sirven nunca para nada, la dejo ahí muy quieta, luego la retiro entera, dejando tras de sí un halo suficiente, como el que dejan las visitas educadas que saben irse a su hora y no antes ni después de la primera falta de paciencia. Siempre sombras marrones oscuras o negras. Siempre desde hace tanto ya. Hace tanto que no, que me extraña que me acuerde: debe ser como la bicicleta, esto de ponerse ojos de teatro.

Estoy arriba del todo, era el único hueco que quedaba. No importa, son los únicos sonidos que también puede escucharse con los ojos cerrados y ver, pero en este caso justo a mis pies la escalera se sublima, y al final de ella un salto, y nada, y justo después el escenario

Sólo una voz. Una voz vestida. Raso.

Y entonces aparece y parece que está presentado la obra y de repente, se levanta el telón y se pone a hablar de ella, de ella y de todo aquello que hablaron, de todo aquello que él no habló, pero ella entendió, de todo lo que no le contó, y le hubiera gustado contarle.

Yo nunca he hablado de literatura con mi madre, pero sé que soy hoy en día algo, lo que quiera que sea que soy, gracias sobre todo a su dureza.

No sé porqué nunca se ha sentado a leer ningún libro. Supongo que porque ha preferido ser toda la vida una cascada. A veces te sentías como las rocas de allá abajo, azotada por una caída de agua como la del salto del Angel, de 807 metros sin interrupción posible durante 365 días al año, que sinceramente, para que os voy a mentir, hería un poco al roce. A veces, sin embargo, te dejaba estar sentada en calma en su principio, y entonces te preguntaba la tabla de multiplicar mientras planchaba en ese cuarto donde no recuerdo que dejara nunca de sonar la radio. Sabe más que los ratones coloraos, pero se le pone acento de miembro activo de la SS si le dices (porque se nos olvida lo siguiente que os voy a narrar aquí) : "mama, no me entero del nombre que me estás diciento. Anda, deletréame la medicina que te ha mandado el médico para que le pregunte eso que quieres que le pregunte a mi doctora...".
Lleva años, tantos como pueden caber en un desde siempre, escondiéndonos que jamás aprendió a escribir correctamente y eso le causa mucha angustia. No había tiempo antes para acentos y haches intercaladas,...todo calaba demasiado y había que ocuparse antes de vivir. Pero me ha puesto más de una vez la cara roja como un tomate con frases como:
- "¡Hija, por Dios! ¿¡pero es que no sabes que la capital de Montenegro es Podgorica? ¡y si sigo me dirás que La Valleta es una marca de cerveza con demasiada malta! ¡Mama mía! No sé para que te he pagado esos colegios tan caros, si eres medio analfabeta...Me podía haber ahorrado perfectamente la universidad, haberte dejado aquí con tu padre, y tus hermanos, y haberme ido a...a Viena, sola desde el año 1951 para aprender bien el idioma, que para eso se necesita tiempo. Que es muy... muy importante. !Hija, estudia idiomas por favor! que tus notas de matemáticas y de inglés en el papel parecen un encefalograma plano coloreado en rojo!"
- Mama, no podías dejarme aquí con mi padre y mis hermanos si te hubieses ido en 1951 a Viena...porque si ya hemos nacido y existe papa, estarías exactamente en el año...
- ¡¡NO TE ATREVAS A LLEVARME LA CONTRARIA!!. SI ME QUIERO IR A VIENA SOLA PUES ME voy y punto... ¿Tiene que ser bonito, verdad? Esos prados, Sisi...Ayúdame a tender las sábanas que yo no llego. Ainsss que mal lo haces...
su-el-taaaa...de ahí
- Desengañate: soy de letras. Vete con papa...
- Si, bueno...algún día de estos hija. Ya veremos...
- ¿Cuando vas a aprender a tender?
- Cuando la palme la secadora...

Y mientras escuchaba, recordaba a mi propia madre, y sentí como rodaban escaleras abajo mis ojos de teatro.
y es que ¿a quién se le ocurre ponerse ojos de teatro...para ir al teatro?

El miércoles vinieron a comer, les traían mi hermana y mi cuñado. Hice un redondo al horno con mostaza y champiñones, puré de patatas natural y una ensalada. Comió en silencio escogido para según qué cosas, como siempre. Siempre guarda silencio a la hora de decir cosas agradables, o cosas que se deberían decir a veces, como por ejemplo: gracias. Antes, despelleja al vecino de arriba, o al panadero porque está segura de que ha cambiado de harina sin consultarle que le parecía, y mi hermana y yo nos miramos a los ojos y nos decimos sin mediar palabra: "respira hondo y no contestes". Hubo un momento en el qué, o la ponía en el felpudo de la calle y le decía como le dicen actualmente a los niños cuando les castigas: "ahora te quedas aquí un buen rato a pensar...que es lo que has dicho o hecho, o no dicho, ni hecho" o abría la verja del jardín. Opté por la segunda opción: "¡todo el mundo a tomar el aire a la p*** calle!", y es que no hay nada que el sol no cure, y que un buen bajón de tensión arterial causado por el impresionante calor que hacía el miércoles en Madrid no calme...

Pero es maravillosa, de verdad...y si le das un beso, cruje como un barco...en serio. Si la abrazas de repente, cuando menos se lo espera, así de golpe, la abarcas y la aprietas fuerte, si en ese momento está poniendo a parir al vecino, o cantando un bingo se quedará callada como un muerto...y el bingo se lo llevará el siguiente número...Se le pondrán los ojos entornados, y se le bajará la voz 345 decibelios, y será capaz de invitar al vecino ese tan gilipollas a cenar el mismo día 24 de diciembre por la noche...

Me gustaría que supiera disfrutar más de la vida, que nos escuchara más, que fuera más cariñosa y agradecida con mi padre, pues cualquier hombre decepcionaría a una mujer como esa, pero él es bueno y dulce como pocos (creedme una cosa, si mi madre hubiera sido la mujer de Hitler, éste no hubiera llegado a creer que sería capaz de crecerse tanto y cometer todas las barbaridades de las que fue capaz. Le habría quitado de la cabeza a collejas la idea del nacional socialismo. Que pena que no hubiera conocido esa alimaña a alguien como mi madre) y que no sé, ...qué se atreviera sobre todo a viajar a su Viena...

Ring, ring.....

- ¿Si? Ah...Hola mama ¿cómo estás?
- dajdjadajljjajdajdjadjjd (es que vosotros no lo podéis escuchar)
- Si, bueno, no....no creo que el vecino se haya comprado un mono. ¿Qué si eso se puede denunciar?...pues no lo sé, supongo que sí, ...emm..¿qué no sabes si es que han tenido un bebe y no es un mono?. Mama ¿ puedes esperar un segundito por favor? Que no, que no hay nadie más importante que tu, pero es que me tengo q despedir de unas personas...Que NOOOO que es un segundito VALEEE YA GRRR ...

Em...me vais a perdonar, pero es que creo que va para largo...
Un placer volver a veros ;-)
Como siempre

besos y buen fin de semana para todos

- ¿Si? ¿ mama? ¿mama? ¿mamaaaa?Ainsss... pero qué MujerRRRRR AAAGGG..





PD: dedicado a un amigo al que quiero mucho (aunque él no lo sepa y ni siquiera yo, sepa por qué ;-P bueno, sí que lo sé, de hecho,... la obra habla de ello (cito): "de que alguien es único, cuando logra despertar en el otro el placer de volver a verle..." y que me acompañó ayer en cierto modo, a ver esta obra de teatro. Me acordé muchísimo de ti cuando su madre le dice:

- No te calles nunca. Nunca. Por que al hablar vemos que podemos. La palabra, hijo, lo cura siempre todo...

Un besito grande




4 comentarios:

Runas dijo...

Muy buen texto, a pesar de lo extenso me lo he leido todo, porque me ha encantado. Un beso y feliz fin de semana

Gata dijo...

Si, runitas jeje ainsss....hija perdón, q me lío a escribir y no paro. Gracias. Un besito

Anónimo dijo...

¿sabes? estuve ayer en el teatro y ví todo eso que describes.
Buscaba información sobre la obra.

Gracias por haberme hecho recordar todo lo que vimos en el escenario y lo que no vimos también

Un saludo

Ana

Gata dijo...

Hola Ana,
¿en serio? q fuerte. Me parece increíble. Muchas gracias por tus palabras. Si te apetece escríbeme y me cuentas q te pareció.
Fue impresionante ¿verdad?
Un abrazo
cat000@live.com