26 de mayo de 2010

Y mira que me había propuesto pasar un día chungo, porque no sé...a veces, uno tiene que proponerse esas cosas, aunque sea por salud mental... y entonces he llamado al japones, porque cuando estoy así, necesito comer cosas crudas, y el sushi me conecta con los cavernícolas, pero así como que con más glamour...

- Oiga ¿cuál es el pedido mínimo para casa? (siempre les pregunto lo mismo deben pensar que soy imbécil)
- 12 €...
- Pues ayúdame a contar, porque sino lo llevaís claro, estoy seca, no tengo siquiera restos de calderilla en casa, ni una rubia, sólo 12€ justos y si me paso mala cosa (están aprendiendo español a marchas forzadas conmigo los pobres míos) ¿me entiendes?
- 11´50€ ....
- ¿Pero por eso venis a casa? es que tengo sólo 12€....Quiero un Pad Tai y un sushi de huevas de salmón.
- Si....dime la dirección es bla bla bla bla...
- (Me tienen fichada) Si..
- Veinte minutos...

Y cuando he abierto la cajita, he visto que a parte de los dos trocitos de sushi de huevas de salmón, había dos trocitos más de shushi de salmón crudo, mi segundo preferido que me habían regalado...
Siempre me pasan cosas así, y se me van los planes de pasar un día así pa dentro a donde el viento pega la vuelta...

Moraleja: Y es que, qué te regalen un pedacito de sushi puede cambiarte un día si le dejas...

Ayer leí un poema en la carta del restaurante y pensé en ti...

"Puesto que ignoras lo que te reserva el mañana, esfuérzate por ser feliz hoy.
Coge un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna y bebe,
pensando en que mañana,
quizás la luna...
te busque en vano"

Reza la leyenda de ese lugar que el propietario, leyó este poema del poeta persa Omar Khayyam, y que esas letras fueron la fuente de inspiración para lograr montar su negocio lejos de casa, solo y sin ayuda...

Un poema puede cambiar toda una vida, esto le escuché decir una vez a Francisco Brines, después de que terminara de contar una historia sobre una chica joven que se le había acercado tras un recital en no sé dónde. Esa mujer le dijo al poeta que tenía un hermano enfermo de sida, que en sus últimos días le había insistido que le leyera una y otra vez un poema suyo, y que ahora ella, quería darle las gracias por esos versos.

Yo estaba sentada en la mesa de al lado, escuchando con el libro de Alicia abierto a los pies de una copa de vino con forma de roble y agujero a la derecha (sí, ya sé que os lo he contado en alguna ocasión), y pensé...en que si un poema puede ayudar a morir, seguro que también puede ayudar a vivir...

El jueves habrá luna llena...- esto pensaba ayer, lejos, muy lejos de todos y de todo.



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por los mútuos recuerdos,
por hacer reír a mis ojos a cambio de nada...
porque no hay un porqué..

6 comentarios:

Paradox dijo...

Y a cambio de nada, porque tu risa es siempre un regalo

Anónimo dijo...

Me gustan tus guisos. Pero me gustaría aun más compartir mesa y que me contaras tus recetas de viva voz.

Estoy seguro de que tienes una preciosa risa que quedaría bien con cualquier vino.

Daniel

Sara Royo dijo...

Un poema puede cambiarlo todo. Un beso, también.
Abrazos crudos.

Caos dijo...

Sabes una cosa, Gata? yo ayer también nesesitaba sushi, aunque como lo hice yo, fue con salmón ahumado, en vez de crudo. No tenía ni los quince euros que me cuesta mi plato preferido. Casualidades...

besos

Bismark dijo...

Me gusta leerte!

Fiebre dijo...

Mi amor, ya me queda menos para comer ese sushi contigo...

Que conste que soy igual de torpe cuando llamo por teléfono a encargar comida.

Estoy extenuada Gatita.
Y estoy aquí a estas horas por dormir toda la tarde en un frenesí "esgarracolchón" que ni me creo yo misma...

Valdemoro me ha matao. A dos metros de ti y tan lejos...