Lo he intentado.
Eso de convertirme en algo que no soy, pero las nauseas se han adelantado, avisándome de que yo,
jamás podría.
Pero sí, supongo que todos nacemos con un coyote cerca del corazón y que la elección es siempre la misma, soltar sus cadenas o hendirnos dulce para convertirnos en su única cena.
No siempre la ausencia destruye. El abandono es tan sólo la lengua de un glaciar, un seísmo en los huesos, que al cabo, ya no importa.
Si yo supiera que ninguna alianza une la noche con las estrellas, no te habría mirado como un astrónomo.
Todo cuerpo sometido a la acción de fuerzas contrarias, acaba en un sótano y yo para ti, luz, quiero luz.
Nacemos para nombrarlo todo, y al colocar collares a lo que merece la pena en esta vida, asistimos impávidos y asustados a su muerte instantánea entre los dedos. Y entonces nos ponemos en guerra contra el primer pronombre y nos preguntamos ¿por qué? hasta que la furia se hunde de nuevo.
Todos los hombres se templan en ausencia de aquello que han amado,
jamás podría.
Pero sí, supongo que todos nacemos con un coyote cerca del corazón y que la elección es siempre la misma, soltar sus cadenas o hendirnos dulce para convertirnos en su única cena.
No siempre la ausencia destruye. El abandono es tan sólo la lengua de un glaciar, un seísmo en los huesos, que al cabo, ya no importa.
Si yo supiera que ninguna alianza une la noche con las estrellas, no te habría mirado como un astrónomo.
Todo cuerpo sometido a la acción de fuerzas contrarias, acaba en un sótano y yo para ti, luz, quiero luz.
Nacemos para nombrarlo todo, y al colocar collares a lo que merece la pena en esta vida, asistimos impávidos y asustados a su muerte instantánea entre los dedos. Y entonces nos ponemos en guerra contra el primer pronombre y nos preguntamos ¿por qué? hasta que la furia se hunde de nuevo.
Todos los hombres se templan en ausencia de aquello que han amado,
porque la memoria siempre
se alimenta de raíces.
se alimenta de raíces.
9 comentarios:
Oníricas imágenes siempre, las tuyas. Tristes y hermosas, como tu.
un beso de un lector habitual
Gabriel.
Habría que comer más raíces, muchas más...
No puedes convertirte en lo que no eres,,,,para qué??
Los recuerdos sólo son eso,,momentos ya pasados,,,cuando pienses en uno,,,,cambia el chip y piensa en algo que te haga sonreír.A veces las raices hay que cortarlas.
Un saludo,
¿Por qué siquiera intentar ser algo diferente de lo que somos?
Me ha encantado el último párrafo.
Besos
Nacemos para abrir jaulas y en lugar de ello acabamos construyéndolas.
Nadie tiene la culpa de que para abrirlas primero deban existir, alguien deba comprar alambre, hacer un plano... buscar pájaros con qué llenarla.
Un paso inesperado ante tu espacio, me doblego y acaricio así tu presencia escrita…
Pido disculpas por mi ausencia y por este pequeño mensaje, que publico en la mayoría de los blog que visito.
Un abrazo
Saludos fraternos a todos…
Un palacio de
memoria sublime e indestructible.
Muy lindo.
lo de que nacemos para nombrarlo todo me parece brutal, en el sentido dulce de brutal. Pero convertirnos en algo que no somos, no, claro. Y me ha encantado también el poema anterior de la lluvia.
Magnífico, magnífico. un placer pasar por este espacio.Un abrazote.
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