22 de noviembre de 2010

Hoja de reclamaciones

Él siempre se está quejando de que no le digo que le quiero.

A veces se enfurruña, y entonces le salen muchas arruguitas, tantas que las acariciaría todas, una por una, despacito, con la yema de mis dedos, con mi lengua deteniéndose, como le acaricio otras cosas

sólo a él...

Pero no me da tiempo, en dos minutos se ríe de alguna de mis tonterías, y las arruguitas le desaparecen, y va y me dice: "mi vida" o "cariño ¿sabes qué...?" y yo me quedo en silencio, suspendida en esas dos palabras que son sólo para mi, columpiándome a solas, sonriendo por dentro, y le miro con mis ojos a sus ojos, y le digo muchas cosas, las que hacen falta y las que no, también

y las yemas de mis dedos y mi lengua tienen que irse con la música a otra parte.

Y estoy harta. Un día se lo voy a decir: no te rías más, que no me da tiempo, que quiero acariciar, despacito, una por una, con la yema de mis dedos y mi boca todas esas arruguitas para saber cuantas hay de una maldita vez, un día de esos en los que después de todo, lo que somos,

vuelvas a decirme que nunca te digo que te quiero...



Para mi maldito irlandés


4 comentarios:

Petri dijo...

jooo que lindo..
un besote

^^ dijo...

aysh....

TORO SALVAJE dijo...

Le van a salir arruguitas de emoción al leerlo.

Besos.

Darío dijo...

Que ternura inmensa, Gata.