13 de junio de 2012

Erase una vez...

Aguantó demasiado. Mucho. Está diseñada para ello, soporta casi cualquier cosa. En la escala de Mohs sale su foto. Aguantó (porque se creía todas sus mierdas. Total, eran iguales a las de otros y ya se sabe aquello de tropezar cientos de veces con la misma piedra) y hasta le salían sonrisas de verdad, y algunos te quiero, mezclados con guisos de lentejas y tortillas de patatas. Los te quiero -lo reconoce hoy ante mí, en una entrevista en exclusiva-, le salían más por necesidad de querer que por bombeos involuntarios de su válvula mitral (que hasta las piedras que apuntan al norte tienen su rollito con los musgos) Las tortillas de patata no, esas tienen su ciencia exacta y sagrada: 500gr de tubérculo, 1 cebolla grande, y seis huevos, sino se hace así imperará el desastre. La cebolla primero, lento, muy lento, más lento, hasta que se vuelva blanca como la nieve. Luego lo demás, a premioso fuego, y no batir el huevo, sino echar las patatas y envolverlas en él, con mimo, casi con amor. El resto de la receta es como casi todas las cosas que se quedan indelebles en la memoria:

vuelta y vuelta
y siempre,
siempre casi crudo...

Aguantó, hasta que un día él le dijo:
"Deberías suicidarte si es que vas a seguir con la vida que tienes..."

A partir de ese día, justo en ese pequeño momento que duró a penas un centisegundo, ella le miró, sin abrir la boca y pensó...

cerrando la puerta trás de si, después de un año y abandonándolo para siempre,

que se podía meter todos sus putos poemas por el culo.

6 comentarios:

Darío dijo...

LOs poemas al culo, pero esa tortilla de patatas...un poco cruda, si...para mi...

Las Espirales de Brígida dijo...

Intenso, me llegó hasta los huesos, visualicé la escena perfectamente bien, besos Gata

Nadie, nunca dijo...

Con dos cojones y un palito. Hay poemas que estan envenenados, o crudos o...o...y nos los acabamos comiendo por pura necesidad. Pues eso, con dos cojones y un palito, nena!

Mocoso Insolente dijo...

me dolió.
era un rugido explayado en la pared, con los brazos extendidos.
salió desde lo más mariácrata de mí.
casi le hice caso, pero se dio vuelta.
respiré mejor después de eso.

guille dijo...

Hay gente que no se merece ni un adios.

Hay personas que saben renacer.

¡Aynnnnnsssss! que yo no hago la tortilla asi.

Gata dijo...

Gracias, gracias, ...no se merecen. Es una cosita que me salió de las mismas tripas el otro día, que ya sabeís que hay que hacerse lavativas de vez en cuando, y si no q se lo pregunten a Cela (¿está muerto, no?)