20 de junio de 2012

Seguid al conejo blanco...

Un mirlo, un coche, una vibración del suelo cuando pasa el tren por debajo de mi casa, otro mirlo, un cuervo, dos cuervos, tres cuervos, una nube igualita a mi:  nunca sabe si se va a decidir al final hacerse trizas contra alg(uien)o o dejarlo para más tarde (así es este país: una puta más húmeda que octubre) , otro pájaro que hace: "chip, chip...", otro coche, una ambulancia, otra ambulancia, el pájaro chip, chip...

Cuando llegué a esta ciudad, me sorprendió la cantidad de gente que se empeñaba en morir todos los días.  El hospital central de esta ciudad está a tan sólo 1km de la puerta de mi casa. Al principio cada vez que pasaba una ambulancia, me daba por santiguarme,como si fuera un personaje de cualquier película de Almodovar, rezando en secreto para que sólo portaran una apendicitis, o una rotura de tobillo, en una semana terminé con tendinitis en el hombro...

Ya no quedan cajas que deshacer
(bueno sólo una, pero le he puesto una manta por encima y se ha convertido en una mesa. Supongo que es la caja-símbolo. Si no la deshago, es una manera de empezar a volver a mi casa...algún día o la forma de no haberme marchado nunca de algún modo)
Ahora sólo me toca rehacerme a mi.
No va mal.
Todo sigue siendo tan extraño...

Mis vecinos son una pareja de alemanes. Ella se llama Ana, y es tan delgada que podría desaparecer cualquier día detrás de sus gafas de pasta negra, dan ganas de invitarla a comer una pierna de cordero o dos, si se me anima, para tratar de dotarla de contorno. Él tiene un nombre tan complicado que decidí no retenerlo en mi cabeza. Hay un ruido infernal en el teléfono de casa y a penas puedo trabajar. Ayer llamé a su timbre para pedirles en un inglés roto, tipo migas extremeñas, el aparato físico para saber de donde venía el (puñetero GRRRrrrr) problema. Abrió la puerta él, y dijo: "Ana está de viaje". Él es tan alto, que supongo que si Ana en ese momento estuviera de vuelta, sería el primero en enterarse. Su teléfono no me valía, iba unido a la televisión, y como los amantes de Teruel no había manera humana de separarlos, en cambio me ofreció las llaves de su casa, porque se va a Hong Kong a trabajar toda la semana, y porque le dije que no tenía tele...

No quiero televisión.

En este país hay que pagar hasta por respirar dos veces y la verdad sea dicha: si me dan a elegir ver a Rajoy diciendo mamonadas, o escuchar al pájaro chip chip, elijo mi absentismo informativo y mi total y feliz desconocimiento ornitológico.

Las emisoras de radio son también curiosas, vivir aquí te produce una extraña sensación, como si hubieras hecho una regresión al corazón de los 80 (quien pudiera siendo un ratón coloraooo)
Tengo un conejo blanco de mascota, pero no lleva ninguna leontina, ni ningún chaleco rojo y no llega tarde nunca a ninguna parte... (de todos es sabido mi fijación enfermiza en este blog por querer llamarme Alicia) Le salvé el año pasado de una granja cuando estaba a punto de convertise en una paella valenciana. Estuve trabajando para un tipo que domaba caballos, y no es verdad que esos animales te vean por dentro, porque al tipo en cuestión todavía no le ha dado ninguno una buena coz y borrado su cabeza del planeta...

Fue bonito acariciar a un caballo, aunque sean ciegos...
Era algo que hacía por primera vez.

Es por eso que seguimos, siempre hacia delante, por las primeras veces de todo...

porque si miramos mucho hacia atrás, sólo servirá para que nos salgan retrovisores de los hombros en la próxima ¿evolución humana? (si es que esto sigue siendo posible)...

Chip, chip...


4 comentarios:

Petri dijo...

No sabía que habías vuelto, no sé porque no me actualiza tus entradas en el lateral, este bloguer nuevo me lia.
Has vuelto con el ritmo de antes me gusta, tus palabras que se mecen en la cotidianidad y las envuelves de poesía
un beso

Darío dijo...

Te leo y pienso en Gulliver...pobeshita...dónde estás???

TORO SALVAJE dijo...

No me extraña que se empeñen en morir... el panorama parece aterrador.

Seguro que no estás en Costa Rica, Colombia ni Vietnam que son los países que lideran el ranking de países más felices del mundo.

Besos.

Gata dijo...

Si, he vuelto Montse, en todos los sentidos ;))) Besitos a mi niña preferida

Darío: Que vaaaaaa!! aquí son todos muy muy muy altos y rubios ;P

Toro: lo que te he dicho en tu blog que aquí Justiniano estaría en su salsa jejeje