13 de abril de 2009

Que cansada estoy, no sabía que se podía estar tan cansado sin aditivos, ni conservantes, sino porque si...

Y es porque no he dormido nada. No sé que tendrán las cuatro de la mañana que los ojos se me abren sin permiso para contemplar...no sé el qué. Me he levantado tropezándome con todo y pisando fijo más de una hormiga, pues una plaga proveniente de mi jardín se ha instalado en el piso sin preguntar (debe ser por la crisis), y sintiéndolo mucho no atiende a razones. La masa es fatua per se, esto ya lo sabemos todos, por lo que habrá que echar mano de armas de destrucción masiva a la de ya...¿Dónde estaba yo? Ah! si...me tropezaba. Alguien que se parecía sospechosamente a mi y que movía mis manos y mis brazos me ha preparado una infusión con drogas florales y floridas. Y he vuelto a meterme en el sobrecito caliente para intentar conciliar algo similar al sueño. La mierda es que lo logré a eso de las cinco y media y a las seis ha sonado implacable el tirano soniquete de la alarma...

Vivo a 30 kilómetros de Madrid por lo que el - no madrugar - no es una opción...

He llegado no se como al bar que me sirvió de refugio de tantos días aciagos en y por el curro y he abierto el libro por la primera página "El último encuentro" de Sándor Márai ( creo que soy masoquista inconsciente que es peor) . Entonces - ¡zas! - sin previo aviso le he visto entrar, y ya he dejado de leer... leyendo. La barra es larga. Hoy era demasiado larga, de manera que para cuando ha querido darse cuenta de que mi cuerpo ocupaba abandonado una pequeña mesa a su espalda latitud 3 grados o exactos de sus seis en punto, ya era para él la hora de marcharse. Pero se ha acercado lentamente, repitiendo mi nombre (que bien le queda mi nombre entre sus labios,... le viene al pelo la verdad. Le pegaba con esa corbata azul de hoy y la camisa rosa y también con su rostro afeitado y su sonrisa... No se lo he dicho por gastar algo de lo que no sabía era poseedora: la vergüenza) . Le he sonreído como una gacela inofensiva y me ha dado dos besos que yo me he guardado en el bolsillo izquierdo sin que se diera cuenta. Se había hecho daño esquiando y me ha dicho "toca toca...me han puesto una férula en la pierna", y yo pensaba "ay! Dios que no lo diga más, que no lo diga más..." y el beso me saltaba mientras en el bolsillo incontrolado...

Recuerdo ese día hace ya ni me "recuerdo" por escrito, yo muy formalita: "Si te apetece podríamos tomar una cerveza algún día al salir del trabajo...", y él después de casi cuatro horas que me parecieron años "veras hay tres puntos, pero antes te cuento la historia de la cerilla y el fuego, y del pájaro y el agua, y del pez y el aire, y que eres una zarza ardiente y a mi no me gustan los rasguños... Y el primer punto es que trabajamos juntos, el segundo que trabajamos juntos, y el tercero que te recuerdo que eres una zarza...Y que podría pasar algo" Yo pensé : menos mal que no le he dicho que en realidad yo nunca tomo cerveza y que sólo era una excusa, sino me suelta un discurso abreviado a lo Fidel Castro sin remedio...
Después de eso yo me encogí de hombros y me fui silbando una canción por un camino...

Y hoy entre "toca y férula y entre beso y bolsillo" he estado a punto de decirle que ya no voy a estar... ya nunca, y que aunque no sé si sigo siendo una zarza, los puntos ya son rayas, y que los rasguños se curan con cerveza y sólo pican un poco... En vez de eso, él se ha marchado y yo he vuelto a las páginas primeras sin leer leyendo y sonriendo .

La comida bien. Él y su sonrisa siguen pareciéndose a Gregory Perk...pero ahora a mí se me atragantaban los poemas. Y yo pensaba en Satie, en sus manos, las de ese no, las del de más allá...; y también en volver a casa pronto, buscar agua, abono, algún jarrón.. o incluso un post

para que no se me muriera

un beso

en el bolsillo...


Jo es verdad... soy una zarza

8 comentarios:

Runas dijo...

Bueno, bueno!! alucino con tus escritos, me engancha leyendo a ver que vas a contar y siempre terminas sorprendiendome, y esque lo haces con tanta naturalidad que parece que me lo estés contando en vivo y en directo. Espero que esta noche no tengas que recurrir a las tisanas para poder dormir. Un beso

Gata dijo...

guapa!
;)

Ernesto Pérez Vallejo dijo...

Quizas me haga adicto a tus bolsillos, perdon...a tus letras...en serio hay imagenes preciosas y escribes con una soltura que dan ganas de quedarsela, saluditos.

Anónimo dijo...

Veintiuno no es nadie. Es un número: 1,2,3,4...hasta 21.Y es verdad, todos los hombres son iguales, en cambio las mujeres, oh, las mujeres, son cada una, un vaso de agua en el desierto.

Nela dijo...

Vaya, por lo que veo esta noche ha sido un hervidero de insomnios! A mí también me ha gustado lo que he visto. Me quedo, si no te importa. Nos leemos, guapa.

Bismark Estrada dijo...

Un texto que fluye per se, se deja imaginar y sentir, vamos que me ha gustado mucho...

Estare al pendiente...

Un abrazo

coco dijo...

De zarza nada. Eres humana, querida.
Yo, a veces, también veo vivos. Pero se me mueren entre las manos. Y siempre es mejor eso, a que se te mueran entre las piernas. Vamos, digo yo.

Gata dijo...

Arrea ! si hay una fiesta montada jeje
bueno q me alegro de veros a alguno, de conoceros a alguna, y de que me hayais echado todos el cabo. Amarrado esta.
Por si no lo sabiaís (coco si lo sabe de él mismo) sois todos unos salidos ;) es broma je
besos