Que fin de semana más extraño...

Trás recibir el burofax con la noticia, donde pude leer por fin verbalizado "la sombra del Ere es alargada...", pues me lo creí del todo. El viernes estuve sumida en una extraña tristeza. Mi cese en la empresa editorial trás un año y medio en ella me producía a pesar de haber sido anuncida, e incluso deseada por mi parte, un estado de ánimo que me llevaba de la lágrima a la naúsea sin que ni siquiera yo y mucho menos la persona que comparte mi vida, entendiera, porqué de este duelo masoquista ¿?...

Me pertreché de un bol enorme de palomitas, me bajé películas américanas de estas tontas que en realidad sirven para pensar entre medias en tus cosas, y me compré un paquete de tábaco del que jamás he fumado para expulsar el hábito de nuevo trás dos meses sin tocarlo, una vez se me pasara la tontería tonta que me encogía el estómago tan sólo para engullir alimentos sanos. Por la noche salí a fumar a la terraza un par mientras miraba la luna que guiñaba un ojo a medias allá arriba y que poco le importaba el como me sintiera. Observaba mi jardín encogida en una esquina, agazapada en una pequeña silla y pensaba que lo había plantado todo yo con mis propias manos hacía ya cinco largos años. El sábado necesitaba abrazos que recibí sin medida y sin preguntas y agradecí en silencio y hoy sé por fín que es exactamente lo que me ocurría...

En el fondo soy una romántica empedernida. El final de las etapas me producen mucha pena como a cualquier persona creo... Pero para mi este final en esa empresa representa muchos otros finales íntimos y propios... Aquellos que me leéis desde mi anterior blog sabéis de lo que hablo.

Para mi el conseguir trabajar en un lugar del que estudié sus orígenes e historia en los libros cuando metía mi cabeza entre ellos en la facultad me produjo mucho orgullo, fue un año duro, muy muy duro, ...creo que el más duro de toda mi vida. Teñido por el esfuerzo de dar la talla laboralmente; la revelación de que quizás debía dar un vuelco total a mi vida inexcusable e inmediato; la pena por el lógico abandono de alguien a quien amé muchísimo; buscar un piso, irme de mi casa; dejar a mi pareja; asumir el cada vez más enorme protagonismo de mi fibromialgia, enfadarme, hundirme, para por fin aceptarla en mi vida; y por último encontrárme de cara con el deseo de volver con mi pareja, y poder materializarlo... Cuando recuerdo este capítulo de mi vida siempre me viene a la cabeza la deliciosa película "Paris, J´aime" en la que distintos directores en forma de corto describen a su modo lo que esa ciudad simboliza para ellos. "Bastille" de Isabel Coixet tiene un momento para mi precioso en que se escucha a la voz en off decir: " comportándose de nuevo como un hombre enamorado, volvió a enamorarse..." cuanto entiendo ahora esa embelesante y aparentemente pequeña frase...
Todo esto que he contado en a penas un párrafo provocó un seísmo en mi vida de escala 9 que me descolocó completamente para devolverme al principio, más sabia y serena, o más derrotada e institucionalizada...si es que acaso no son a veces la misma cosa.

Hoy he pasado el día con las manos metidas en la tierra plantando, cambiando, podando, cansándome encontrando y perdiendo razones, hablando conmigo, si es que alguna vez sirvió de algo...(preocupada ahora al leer este último párrafo de no perder mi imagen socialista de pro jejej comentaré en mi descargo que de hectáreas nada...Mi jardín es como yo digo "un macetero largo" donde entierro alguna pena de vez en cuando y me ensucio las manos ...creo de la única manera perdonable) .

Desde mi estado de Paratum oficialis me he sorprendido diciendo adíos a muchas cosas, cosas que viví "desde...", "por...," "para...", y "en..." ese trabajo, y he renovado sin saberlo la tristeza por alguna de ellas invocándolas del pasado, olvidando completamente que es mejor no jugar con las ouijas...

Las despedidas aunque sean necesarias siempre me han producido un estado de hibernación en el alma. Creo que es por que sé que tanto lo bueno como lo malo de la vida ayuda a crecer por igual...

He tomado nuevas decisiones en mi vida, no sé si me he equivocado o no, aun no lo sé...pequeñas grandes cosas me dicen todos los días que creo que no...
Al fín y al cabo siempre hay que creer en un norte y caminar hacia él sin olvidar aquí que en los mapas de la vida la frase "más allá hay dragones..." sigue siendo válida.

Acabo de colgar a mi amigo Albert Rigart, cuyo blog de viajes os recomiendo ampliamente leer (está en mis enlaces) para aprender y meditar sobre muchas cosas de otros mundos nuestros, y hemos empezado a programar un salto juntos a Marruecos, el tercero ya para mi, pronto...para perdernos en las playas de Essaouira equipados tan sólo con ganas de relajación, cuadernos para escribir y por supuesto mi cámara de fotos...
Sencillamente adoro ese país, se ha quedado tanto de mi cuando he caminado por sus calles y entre sus gentes que ahora cada vez que necesito un punto de inflexión en mi vida se me pierden los ojos y las ganas en él...
Q ganas Albert.

besos de cuasi mi primer... lunes al sol
que post más raro...ya lo sé

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la música es de Alexander Desplant compositor de la banda sonora de "la chica de la perla" y otras cuantas perlas más ;-)