10 de septiembre de 2009

Que indignación siento. Es que con la gente no se puede...

Había quedado con mi amigo David para comer e ir después de museos del jamón o de los Thyssen. A mí a estas alturas del verano me daba como igual, y acaba de llamarme para decirme que no podía porque (es traductor y profe de Pilates) tenía que pasarse todo el día re-traduciendo un documental sobre la vida de Chet Baker que se estrenará proximamente en los cines (sii...estoy haciendo publicidad subliminal ¿Qué pasa?) y que por lo tanto nuestra comida y tarde de asueto quedaba anulada y yo le he contestado que no me puede hacer esto..., porque ahora tendré que coger la bolsa, la botella de agua, la toalla e irme todo el día a la piscina de casa a tomar el sol. Él me ha dicho que no se me olvide echarme aceite Johnson o Carbonell en su defecto. No sé que habrá querido decirme con esto pero bueno...

No sé que libro empezar. Ayer me compré cinco de un solo tacazo:

- "Firmin" Sam Savage
- "El Paciente Inglés" Michael Ondaatje
- "El Ejército de los Saris Rosas" Sampat Pal
- "Cautiva en Arabia" Cristina Morató que es una biografía de la Condesa Marga D´Andurain

(Se me ha olvidado poner el título del 5 libro como ha apuntado mi perspicaz amigo Zuñiga en comentarios. Es "El Lamento del Perezoso" de Savage tb...)

Para mí eso es como abrir una caja de bombones con la diferencia de que fijo que no encuentro ninguno que no me guste, primero, porque los he elegido yo y sería el colmo de la estupidez y luego por obedecer a una máxima que le escuché una vez en un restaurante a el poeta Francisco Brines "Hay que leer de todo siempre, porque leer es como comer y una sola poesía puede cambiar una vida para siempre". Yo estaba sentada en la mesa de al lado, había acabado de comer y terminaba lentamente mi vino mientras leía a Alicia llorando y chillando justo a punto de ahogarse con sus lágrimas. Recuerdo que sonaba Sinatra,...siempre sonaba Sinatra, de hecho creo que si no hubiera sonado siempre Sinatra y no hubiera podido escuchar y ver a más de un escritor en ese restaurante al lado del trabajo, no habría podido soportar todo lo que aguanté dentro del maldito Grupo Zeta. No había nadie más en el restaurante solo la mesa del poeta, donde siete personas escuchaban, ocho conmigo, acólitos silenciosos. Recuerdo que estaba en una época difícil, me estaba separando de mi pareja, y el que podríamos denominar mi amante aunque él se enfadara muchísimo y me dijera en más de una ocasión que él no quería ser por más tiempo el otro, ni acostarse conmigo tan sólo, me había mandado a vendimiar espárragos a Murcia tras concederle su deseo, intentaba encontrar un piso en Madrid para mi sola por primera vez en toda mi vida y todo era una mierda en general y particularmente hablando. Y allí estaba Alicia venga que te chilla y yo con los ojos fijos en el agua sin poder seguir leyendo para poder así rescatarnos cuanto antes. Yo creo que en ese cuento mío de Wonderland Alicia se ahogó del todo, porque cerré el libro justo ahí mismito, le pedí un bolígrafo a Gustavo el dueño y amigo de ese restaurante y escribí en la primera y amarillenta hoja de libro ya vivido:

"La indiscreta proximidad de mi mesa con la de usted, ha provocado un inevitable y delicioso vouyerismo en mis oídos:
"una sola poesía puede cambiar toda una vida"
Para mí hubo un antes y un después de Pedro Salinas y su frase ha sido todo un regalo.
Permítame pues este de segunda mano, y a cambio de su frase, devolverle un cuento...
Afectuosamente"
¿Qué pasa? que yo también se hablar con claveles en el ojal...No todo son tacos y reniegos jejeje. Cuando una se pone fina pues se pone...

Se lo dí a Gustavo para que se lo entregara, y yo me marché de nuevo al trabajo. A la hora Gus me llamó y me dijo que había leído en voz alta la dedicatoria, y que dejando su comida en el plato había salido a su coche para buscar un ejemplar de "Todos los rostros del pasado" libro antología que estaba presentando en el Cícculo de Lectores ese mismo día.
Lo abrió me lo dedicó y se lo dió a Gustavo para que me lo diera.
Yo nunca volví a comprar un nuevo "Alicia en el País de las Maravillas" ...
Bueno me voy a la piscina con el aceite Carbonell que me estoy poniendo trascendental y puede que levemente haya recordado otra época que interfiere cortocircuitándose sin remisión con el día "piscineico" escuchando a los Beach Boys que me quiero marcar...
La premenstruación es lo que tiene...ainsss. Han pasado dos años de esto, no ha llovido ni nada, bueno llover poco la verdad...
Creo que empezaré por "Firmin" de Sam Savage...los ratoncitos siempre me han gustado... mucho uhmmmm
Muakis

4 comentarios:

Jose Zúñiga dijo...

Una curiosidad: ¿Cuál es quinto libreo?

Gata dijo...

Tienes razón Jose jaja si es q soy de letras. No sé contar, pues mira es "El Lamento del Perezoso" tb de Sam Savage que justo salió ayer a la venta ;))

Nela dijo...

Bueno, Firmín, ratoncillo lo que se dice ratoncillo.....pues no lo es. Pero que le vas a coger cariño, eso seguro....y que a mí no me importaría tenerlo en casa tocando el piano de vez en cuando....pues también. Llámame rara.

Zentolo dijo...

Boquiabierto me he quedado. Lo más cerca que he estado yo de algún literato ha sido cuando estaba en 2º de BUP, ya que mi profesor de literatura era, además, poeta y un estudioso del Siglo de Oro de la literatura española.
Yo también soy un vouyeur de orejas, pero ¿qué le voy a hacer? Es lo que tiene llevar las orejas puestas 24 horas al día. Siempre se te cuelan conversaciones a través de ellas, sobre todo si no tienes a nadie enfrente con quien conversar. Claro que lo mío es más playero y así (jur, jur)
Cuidado con el Carbonell, no sea que el día piscinero con los Beach Boys termine en una barbacoa gatuna XD