17 de julio de 2010

Puestos a soñar...

El gato para BN

Título: Alegoría de la caverna de Platón

a la salida del Palais Bahía Marrakech. 28 Dic 2009


Se llama Barakah (بركة).Es un termino muy abstracto, dependiendo de su traducción al idioma que sea, resumiendo y tirando por la calle del medio, creo que podría significar: suerte. Entras por su puerta enrejada y hay plantas altas por todas partes, una larga barra, ventiladores de madera, música suave, y sonrisas. El suelo es un bocadillo de cristales y entre medias tierra del desierto tenuemente iluminada. El sonido de una fuente te interrumpe, baldosines llenos de trocitos jalonan sus paredes con pequeñas formas geométricas que señalan hacia un centro blanco y vacio. Los árabes pintan los azulejos de ese modo, montan sus mosaicos al revés sin mirar el dibujo, sabiendo aún así perfectamente donde va cada trocito, y después le dan la vuelta, miran sus formas, reclinan la cabeza, y rezan, pues cada pequeña pieza tiene un porqué, y ese centro vacío y señalado es Alá, para Baraka significa que todo es circular, y termina donde empieza, por eso hay que ser buena persona, por eso hay que aprender de uno mismo, por eso y por más cosas.

Las gente se sienta a las mesas en sofás blanditos, y se miran y se cuentan sus cosas siempre a la luz de esos faroles elaborados con antiguas fórmulas, como se hacía todo antes, incluso las personas: a golpes de fragua. El hierro con el encanto del óxido atrapa cristales que a veces son de colores. En baraka son blancos. En cada mesa hay una vela, dentro de cada uno de esos faroles, y las personas cuando hablan irremediablemente tienen que decirse la verdad.

El farol está apoyado en una mesa que también es de cristal, y ahí más arena, y de la arena surgen trabajos a la venta hechos en plata por orfebres de más allá de las fronteras del Atlas marroquí, donde las tormentas del desierto mandan, y la brisa de dátil susurra que a los vientos uno puede enfrentarse armado con un cuchillo como cuenta Paul Bowles en El cielo protector.

Si vas sólo a Baraka puedes pedir prestado ese libro, ese y muchos otros, para combatir la soledad, y es sólo entonces cuando los sonidos de agua de su fuente te mecen y acompañan, porque en sus paredes de ladrillo visto, sólo hay libros, y te los puedes llevar a casa, leerlos y traerlos de vuelta. Aunque también en sus muros, hay fotografías que cuentan historias, que te obligan por dentro a hacer cosas, y pinturas de artistas con óleos de colores. Algunos viernes, música en vivo, y algunos sábados se cuentan cuentos a los niños, cuentos de otros niños que existen en otra parte del mundo más pequeña incluso para el mismo mundo, y que aún así, han aprendido a sonreír, cuentos de que hay otra manera de hacer las cosas, de que todo es posible si lo quieres. Cuentos que cuentan que lo que ocurre lejos nos compete. Cuentos que les hagan crecer, y querer coger una mochila para ir allá, donde sea, porque desgraciadamente siempre habrá ese tipo de "allás" hacia los que dirigirse, para saber que uno ha sido afortunado y bendecido con su vida. Se lee, en Baraka sobre todo se lee, se lee en voz alta si tu quieres, puedes traer esas páginas que te cambiaron un día la vida, porque si buscas dentro de ti, encontrarás que lo qué, y cómo has caminado a veces por ella, un día te lo inspiró algo que leiste. Una frase, un poema, un libro entero, un prospecto de como seguir y no pararte.

En Baraka hay más cosas, es un sitio que siempre se está creando a sí mismo y que huele a menta allá donde mires.


Baraka no existe...todavía, pero si algún día existiera, os contaría que sus raíces, estuvieron un día tierra adentro, que nacieron de una casa, una casa que siempre, siempre su dueña pensó que se llenaría de niños, porque estaba hecha para eso.

La ubicación exacta de Baraka, si algún día pudiera existir, es en un pequeño muelle que está en venta justo enfrente de las costas de África del Norte, donde nació el padre de la dueña, que es a la vez mi padre.

A Baraka, si algún día pudiera existir, le gustaría mucho que la primera canción que sonara entre sus muros, cuando alguien encendiera por primera vez sus velas, fuera ésta:






Se llama, Tajabone, y es una fiesta . Se celebra después del Ramadán...Después de un duro mes de ayuno, los niños musulmanes salen a la calle a pedir algo así como el aguinaldo. También se intercambien comida , bebidas, telas..y los niños se visten de niña, y las niñas de niño...

Se le llama ... la fiesta de la alegría.

5 comentarios:

Sara Royo dijo...

Me ha encantado tu texto. Yo también quiero ir a Baraka.

Un besico.

TORO SALVAJE dijo...

Si algún día existe Baraka me gustaría trabajar allí.
Dejo el curriculum.

Besos.

Darío dijo...

Reservame un lugar para cuando exista Baraka...

Lucía dijo...

La sentencia final...
la felicidad.

Escribis muy lindo.

Jose Ramon Santana Vazquez dijo...

...traigo
sangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...


desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ


TE SIGO TU BLOG




CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...


AFECTUOSAMENTE
LA CAMISA DE 11 VARAS

ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DEL FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER Y CHOCOLATE.

José
Ramón...