Tengo que podar el jardín, tengo que ordenar papeles, tengo que... hacer tantas cosas que sólo con pensarlo me canso. Pesa todo tanto ¿sabías que, no sé...las miradas pesan, lo que sí, lo que no...lo que puede qué?

Yo no, no lo sabía...

Esta semana han operado a mi tía, y ha salido todo bien, de algún modo siento que ella es la única persona que me entiende de mi familia, tenía miedo de que algo saliera mal, tenía miedo de que no volviera a hablarme de mi abuela, tenía mucho miedo de perderla. No sabe cuanto la admiro, no sabe que la gente dice que nos parecemos, la gente que lo dice no sabe lo valiente que ella ha sido en la vida.

Ojala fuera verdad lo que la gente dice...

Le gusta leer, hablar, cocinar, se come una ciruela, escupe el hueso y al día siguiente empieza a crecer un árbol. Le he regalado el libro de Elizabeth Gilbert, le he puesto una dedicatoria: Feliz cumpleaños. Que bueno verte. Te quiero.

La noche antes de la operación se la pasó llorando, sin dormir y caminando sola por un pasillo de hospital. Abajo, en el centro del hospital había un jardín resguardado. Le dije: voy y hablamos, dijo: no, mañana, descansa. La gente valiente de verdad quizás prefiere llorar a solas. La gente como ella, con las manos verdes siempre tiene tiempo para admirar un jardín, aunque la noche se lo esconda.

"Vivir es como hacer un trabajo de pachwork. Aprende a tejer en colores, hija y a juntar bien los trocitos" dice

Todos sus amigos han pasado a verla, he vuelto a saludar a gente que me recordaba con coletas y uniforme de colegio. Me ha gustado mucho llegar a su habitación en el hospital, y a penas llegar a distinguirla entre una verdadera marea de gente, ella en el centro, el centro de tantos,

mi centro...