Todo, hoy, pensaba mientras paseaba, estaba igual, mecido por la tranquilidad que da lo inalterable, los árboles dejando caer lo que les sobra, la iglesia, las farolas, sólo que llovía y nevaba al mismo tiempo, como si al cielo delante de un escaparate, le costara decidirse entre una copa de algo o un merengue.
La chica de piedra con coletas que lee siempre el mismo libro sentada en el banco enfrente del parque de los patos, recibía besos en la boca de dos o tres pequeños que no levantaban siquiera un metro desde el suelo, para salir después corriendo, despavoridos en todas direcciones, trás perpetrar su hazaña, no se sabía bien si estremecidos por el contacto de sus labios, o debido al temor por la certeza de que quizás fuera a tomar vida con uno de sus besos.
Daban ganas de quedarse allí, debajo de la lluvía a mirar ese otoño desmayado ...
vuelo
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*martes, 19 agosto 2025. *Tengo que coger un avión y llego tarde (es el
mismo avión que en otros sueños, una especie de habitación metálica con
varios aien...
Hace 9 horas
3 comentarios:
Tranquila, cuando nieva en Madrid, al día siguiente lo hace por aquí...
Besicos
Me ha gustado lo de otoño desmayado.
Besos.
Qué seguridad nos da lo que no cambia. Necesaria, diría yo.
Besos
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