10 de julio de 2012

Canícula

Hoy llovía, para no variar, pero he decidido salir por la puerta casi a la vez que saltaba de la cama, y aun a riesgo de parecer bipolar hoy me ha dado la gana de animarme.

En el país donde vivo al sujetador le llaman soutien-gorge o sea sujeta-gargantas, así que me he comprado dos, a ver si encuentro la manera de no resbalar por la tristeza cuando se me ponga en el paso de jarras y buscando mi mirada.

Al fin y al cabo nadie es completamente feliz en este mundo, nadie lo tiene todo, pero demasiados tienen nada. Tengo que recordar que tan sólo el poder abrir los ojos por la mañana ya es tener suerte.

Y proveerse de cositas pequeñas, como piedras de río...

Y olvidar, olvidar, olvidar...

 

2 comentarios:

Darío dijo...

Que el río del olvido haga su trabajo, la plenitud es una farsa...Un abrazo lluvioso.

Gata dijo...

Amén, amigo mío