18 de abril de 2009
Una belleza de película
Sobre los recipientes que habitamos cuando ya no estamos,
sobre sobrevivir
en otros,
Sobre el pudor elegante de los desheredados
Sobre la acogedora ternura de los extraños
y la crueldad y des-agradecimiento
repetido e inexplicable de la propia progenie.
Sobre danzar el Butoh
Sobre danzar con aquellos que amamos una vez
y que nunca nos dejaron.
Sobre la eternidad de lo etéreo
Sobre los cerezos.
Ayer le regalé a mi madre por su cumpleaños un canario naranja.
Yo tengo aves en casa desde hace años.
Tenía mis dudas, nunca le gustaron los animales.
Nunca nos gustamos mucho mutamente.
Quizás sea cuestión de encontrar los vehículos adecuados entre las personas para no des-conocerlos, para re-conocerlos de nuevo, inventando si acaso otros principios.
Ella sonrió cuando lo vió.
Ésta mañana mi madre me ha llamado por teléfono, hemos hablado mucho, casi una hora.
Se escuchaba cantar al fondo a un pequeño canario naranja.
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4 comentarios:
Oh dios mío, que mierda, estoy todo emocionado, no soy dueño de mis mocos ahora mismo. Joder Gata.
No sé si creerte, pero si es así, te j* por las veces que me lo has hecho tu a mi...:-P
Esta genial hablar con la madres.. pueden ser persona muy interesantes.
un beso, pasate por mi blog
La verdad es que me emocionó tu entrada. Esas relaciones a veces son tan complejas (por no decir más)... y a menudo se instalan las murallas y se pierden los deseos de seguir intentando.
Me alegro por ti.
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