19 de julio de 2012

Mañana en la batalla piensa en mi

Confieso que dejé de ver el telediario cuando las cenas empezaron a sentarme mal. Me siento, aquí lejos, y un poco culpable, lejos, porque a veces, uno cree que es mejor así. Alejarse de cualquier cosa que nos dañe, para simplemente poder seguir adelante, pero siempre se vuelve a pensar en lo que a uno le arranca el sueño de la almohada.
Lejos veo también la vuelta a mi país. No quisiera hacerme vieja en este lugar lleno de tejados grises como escamas de sirena, echo de menos los paisajes áridos, los olivos, lejos del día a día de los últimos años de vida de mis padres, sin poder hacer, absolutamente nada, y desde aquí desde tan lejos contemplo como España ya nunca, jamás, volverá a ser la que era. Sinceramente da miedo el cariz de inercia directa al precipicio que están tomando los últimos acontecimientos, las últimas leyes aprobadas, los robos por parte del gobierno a sus ciudadanos.

Todo lo que se diga aquí y allá no es nuevo, ya se ha dicho todo, ya se han cometido todos los errores posibles e incluso inventado otros que rozaban lo imposible y el despropósito más facineroso. Y todo se reduce a que el sistema en general está cayendo por su propio peso, ya no nos valen estos trajes de costuras aprendidas, hay que sentarse con tizas sobre patrones a trabajar en otros diferentes.

La historia es un bucle, casi nunca es diferente, y siempre, siempre que a la masa le tocan sus cosas se vuelve salvaje y desproporcionada. A cuchillo cayeron los zares en la Rusia donde morían de hambre todos menos los que habitaban los palacios, y el asalto a la Bastilla puede volver pronto a ser noticia .

Las escaramuzas del sistema capitalista perpetradas por casi todos los gobiernos de esta Europa cansada y ojerosa, se diferencia de cualquier antigua civilización, porque en este, nuestro mundo contemporáneo la esclavitud se paga con algunas monedas.

Pero lo que distingue cualquier rebelión ancestral de nuestro ahora, es que en este presente la gente ya no está dotada como en alguno de sus capítulos, de la resignación de nuestros antepasados, ahora la gente lee, la gente sabe, la gente está informada.

La desobediencia civil está servida, porque los que tenían que cumplir, no han cumplido.

Y hacen bien en tener miedo, pues lo saben.
Deberían temblar de miedo ante la sola perspectiva de que les diéramos,
todos
y cada uno de nosotros,
la espalda, para siempre

El silencio más rotundo es una bala.

No hay nada que no haya sido ya escrito bajo el sol...

3 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

El día en que un policía antidisturbios lance el escudo y le casco y cruce la línea de la vergüenza el sistema habrá caído.

Tan fácil como eso.

VeroniKa dijo...

Yo no creo que el silencio sea una bala en este momento. ahora sería como estar dormido, y creo que lo que los libros y la historia nos dieron es que justamente ya no podemos callar. Cada uno desde su propia lucha, pero levantando los dos dedos en V.


una que es medio revolution!, jejeje. besos reina, qué lindo es volver a leerte, y susurrarte las palabras grises.

Darío dijo...

>El título de Marías ya me puede, y es que estoy muy fascinado con el tipo ese. Hoy empecé Negra espalda del tiempo, y todo me habla de la precariedad de estos, nuestros tiempos...Un abrazo.